Teoría de las Líneas para el control del pensamiento (2)

Hablaré en esta ocasión de cómo se puede controlar una emoción según la Teoría de las líneas.
Comentaré sobre la falsa sensación de dolor cuando se visita al dentista (o en cualquier ámbito).

Yo parto de la base que un pensamiento genera una emoción o un sentimiento y que ninguna de estas particularidades nunca emergerá si no se pone antes en juego algún pensamiento (por imagen, por voz o en combinación).

Si yo controlo el pensamiento, también puedo controlar los sentimientos y las emociones.
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Viene de Teoría de las Líneas...(1)

TEORÍA DE LAS LÍNEAS PARA EL CONTROL DEL PENSAMIENTO
(2)

LA SENSACIÓN DE DOLOR

Quiero explicar con otro ejemplo el tema de la sensación de dolor, que no es dolor verdadero sino una invitación -fabricada por la mente- a sentirlo.

Tengo una amiga que es re cosquillosa (hacer cosquillas es estimular mediante el tacto una zona del cuerpo sensible a tal estímulo). Yo le toco por la altura de las costillas y salta inmediatamente, de manera enérgica y no quiere que le haga más cosquillas. Yo suelo jugar con ella diciéndole que voy a hacer que tenga cosquillas sin tocarla, entonces, lo que hago es acercarme mientras ella me ve, muy lentamente, moviendo mis dos manos y los dedos de manera particular hasta casi tocarla en las zonas en las que yo sé que ella se muere de cosquillas. Cuando ya me estoy acercando, ella salta enérgicamente de forma inmediata como si fuera que yo verdaderamente le hubiera hecho cosquillas ¡pero sin siquiera tocarla! Ella se provocó una sensación de cosquillas, esta sensación se genera y es, prácticamente, igual al proceso de sensación de dolor. Uno se prepara para sentir dolor y después cualquier estímulo vago que tenga o no que ver con el dolor, activa la sensación y decimos que nos duele.

Uno puede activar la desconexión a al tacto virtual de esas líneas de sentimiento. Generar la habilidad de poner la mente en blanco es tal vez la manera más efectiva de desconectarse de las trampas de la mente.

Algo que ya mencioné en otra entrada es la posibilidad de adelantarse a los efectos que puede producir un pensamiento (una emoción es un producto singular del pensamiento a través de una cierta disposición del cuerpo).
http://mimajestad.blogspot.com/2009/03/el-dominio-del-pensamiento.html.

La única forma de adelantarse es conociéndose a sí mismo. Yo puedo adelantarme a lo que siento en el dentista porque, obviamente, ya me fui al dentista y sentí todo lo que pude sentir. Yo puedo adelantarme al miedo de estar en público sólo cuando experimenté ese miedo estando justamente en público. Creo que es más difícil adelantarse a un efecto del pensamiento con sólo la intervención de un imaginario, pero todo es posible en la viña del Señor (:P).

Después de uno saber qué es lo que se siente en determinado lugar lo que sigue es establecer un modelo de comportamiento que implique las asociaciones del pensamiento que son los que luego producirán un efecto específico. En mi caso yo no tengo realmente miedo al tipo con las pinzas, sino, sólo a que éste me cause dolor. Estrictamente, yo le tengo temor al dolor. Para llegar a ese pensamiento de dolor yo debo, sí o sí, haber inscripto en mí unos pensamientos que produzcan una íntima relación con el dato dolor alojado en mi memoria. Este modelo del que hablo deberá tener como núcleo el contenido de aquello que a mí me hace remontar a la idea de dolor, aunque mi cuerpo realmente no esté participando del mismo (aunque no esté sintiendo dolor).

El inconveniente de no identificar estas asociaciones es que uno estratégicamente queda en desventaja frente al tipo de las pinzas porque si inesperadamente llegase a emerger unos pensamientos que predispongan a aquella sensación de dolor, no se podrá evitarlos en el momento, y se tendrá de seguro todas las chances de sentir dolor -aunque sea un poco- incluso antes de que el tipo roce con uno de sus instrumentos. Uno sin identificar la idea de dolor potencia la activación de esa línea específica de la teoría.

Con la mente en blanco no hay dramas, lo mismo si uno orienta su atención hacia una revista o un objeto cualquiera del entorno. Yo me acuerdo que aquella vez en el dentista elegí cantar Señora de las Cuatro décadas de Ricardo Arjona, mentalmente. Entretuve mi mente y ella simplemente no me pasó factura. He ahí la base de la Teoría de las líneas para el control del pensamiento.

RETOMANDO:
  • La teoría de las Líneas grafica un modo posible en que se activan los sentimientos y las emociones.
  • Esta teoría comenta que estas particularidades pueden ser consideradas como líneas que uno toca en un ambiente específico. Si uno sabe qué hilo hay en tal lugar, uno puede, mediante un adelantamiento, evitar activar ese hílo no generando así los efectos que él mismo provoca.
  • La forma de adelantarse a un efecto debe surgir de establecer un modelo que explique lo que uno va sintiendo en situaciones específicas, implicando así un grado certero de conocimiento de uno mismo. El modelo debe señalar las asociaciones que se hacen sabiendo de antemano que éstas son en definitiva las que generarán los efectos que se desean evitar.
  • Lo que sigue luego es producir una estrategia ya sea no pensando en nada -pensar en blanco- o situando la atención en algo específico o generando pensamientos cualquieras con la clara motivación de que por ellos no se activen los hilos de la teoría. Para ello uno debe con antelación idear qué se puede pensar o, con tiempo, ir practicando meditación, poniendo la mente en blanco.

Al final, uno le da la mano al dentista y a otra cosa mariposa.


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