El sentido del viento o sobre el rumbo de la Humanidad



Una vez viajaba de una provincia a otra en un colectivo de dos pisos. Yo estaba en la parte de arriba, por lo que veía las cosas desde un lugar elevado —las casas, la gente, los perros... todo desde arriba—. Ya estábamos llegando a la ciudad y el ómnibus paraba en los semáforos cada tanto. En una de esas paradas, me puse a ver cómo una ráfaga de viento movía todo lo que estaba en esa esquina transitada: la ropa de las personas, sus cabellos, sus accesorios, los carteles publicitarios, las hojas de los árboles. Observé también la manera en la que el polvo dejaba ver la silueta del viento, que ahora hacía elevar un par de bolsas vacías y, un poco hacia adelante, producir un remolino. La verdad, todo parecía tan caótico..., tan azaroso, sin ningún sentido. Después de un rato, en un nuevo semáforo y en un igual espectáculo de viento, recordé las imágenes satelitales que dan en los reportes del clima en la televisión y "recordé" que desde arriba el viento tenía un sentido, una orientación, un tipo de orden: iba de norte a sur, de este a oeste, etc., o que tenía un rumbo cambiante pero que se podía apreciar.

Entonces reflexioné que ese pequeño viento desde esa pequeña posición desde la cual lo estaba viendo, que movía ese cartel publicitario de cartón o esa bolsa de supermercado, que chocaba por aquí y por allá, que parecía todo desordenado, ese viento, formaba parte de algo más grande: formaba parte del rumbo general del viento, que pegaría en esta pared, también en aquella otra y sería la gran foto satelital para el reporte del clima en la TV.

Otro día, en otro colectivo, vi a un grupo de jóvenes adolescentes, aproximadamente de 15 años, subir y bromear en el mismo transporte que yo mientras se dirigían a un shopping. En una de esas paradas, el ómnibus estacionó brevemente para levantar un pasajero y en una esquina aparecieron varias chicas también de la misma edad. Los chicos, como era de suponerse, les empezaron a presumir, a hacer chistes y a bromearse entre ellos. "Aquí está Lautaro, chicas", decía uno, ante la risa de los demás), lo que me causó gracias también, mientras intentaba que no se me vea la sonrisa.

Me di cuenta que ellos también formaban parte de algo más grande, inmensamente más grande a escala humana (aunque demasiado simplón a nivel cósmico, a decir verdad). Me percaté cómo la biología da empujones hacia un sentido, cómo la cultura para otro y como la idiosincrasia personal para otro, entro otros empujones. Todo empujando, todo soplando, todo tironeando en ese extrañísimo mar que es la existencia de todo, pero más específicamente de la existencia humana.

Me había dado cuenta que muchos de esos chicos se iban a juntar con algunas otras chicas en el futuro y formar una familia, tener hijos; que antes o después trabajarán, pagarán impuestos, tendrán miedo a la muerte, se entristecerán, se alegrarán por tonterías o cuestiones importantes, se sentirán solos, se frustrarán, volverán a tener esperanzas, educarán a sus hijos y cumplirán su ciclo, y serán recordados y olvidados. En el medio, tendrán cientos de decisiones personales, grandes y pequeñas, errores y aciertos.

Entonces me pregunté qué es todo eso.

A nivel de la mirada de un ojo humano, al mirar a esas personas en la calle, a esos chicos en el ómnibus, parecía tan caótico todo, como el movimiento del cabello de ese cuarentón o la falda de la mujer en la parada de ese semáforo provocados por un viento gigante interconectado con el resto del mundo.

Con todo esto, me he preguntado hacia dónde va la Humanidad. Parecerá loco, pero, entre otras variantes, considero que la humanidad se está replicando a sí misma. Los científicos y estudiosos van hacia la Inteligencia Artificial, hacia el Robot. Estamos llenos de historias de ciencia ficción al respecto, pero, de uno u otro modo, pienso que, como dije, con variantes, los seres humanos como una sola fuerza tienen tendencia a duplicarse. Y pienso que en cualquier momento futuro, se va a crear un humano artificial con la súper capacidad de una supercomputadora, que se conectará con otras miles de computadoras y que, al final, tendrá la libertad de decidir por sí misma, independientemente de los seres humanos. Luego, miles de años después, la sutileza de esa "nueva" inteligencia creará nuevas formas de vida y habrá que ver si el ser humano tendrá lugar en ellas.

Este es un futuro que se puede apreciar. El otro, es el de la eliminación de la especie humana, ya sea directamente o indirectamente, a través de algún robotito.

¿No sería la lógica de una súper Inteligencia Artificial eliminar a la humanidad en pos al colibrí o al gorila de espalda plateada cuya existencia sí que no será ninguna amenaza para el planeta Tierra?

¿Es inevitable el rumbo de la humanidad, el cual parece que es el de replicarse a sí misma? Los Robots empezarán limpiando los pisos, después curarán enfermedades, más adelante lograrán pensar con una lógica perfecta y matemática, cientos de miles de millones de veces por segundo, ¿y dónde estará la humanidad en ese punto?

Me pregunto: ¿Qué es lo que hacen las personas en un día cualquiera de trabajo en un trasporte público para que el rumbo de la humanidad sea lo que es?

Y si no es este rumbo, ¿cuál es el rumbo actual de la Humanidad?

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