Charla en el Quirófano. Los primeros días.

Este es la segunda entrada que escribo con la intención de contarles y contarme sobre lo que viví en estos días.

En relación a mi padre, él sigue internado en Terapia Intensiva desde hace un mes y días, conectado a un respirador artificial. Estuvo estos últimos cuatro días sin fiebre (le infectó un virus intrahospitalario) y hoy la volvió a tener. No está respirando bien, le alimentaron por sonda y sus órganos respondieron favorablemente. Al parecer, tiene ahora una infección en los riñones. Desde hace un mes que mi viejo se debate entre la mejora y la desmejora, eso, y el hecho de que siga vivo, es lo más constante de estos días.



Llegué al Hospital unos quince minutos después de que hubiera empezado la operación a mi padre. Estuve con Nacho ese primer día. Nacho es un amigo de mi viejo, es joven, de unos 35 años creo. Tenía el rostro serio y yo observé un semblante de fortaleza que me dispuse a imitar y a adquirir después. No había sabido que ese rostro y semblante se mantenía así incluso luego de lo que vivió horas y minutos antes a raíz de la situación de mi padre. Le observo cualidades que son para contemplar.

Hacía mucho frío en Santiago. La operación duraría entre 3 y 5 horas.

En la sala de Quirófano no hay muchos asientos, sólo el suelo y, más allá, unos bancos que ya estaban ocupados por gente o dormida o despierta, pero con el rostro serio y desprolijo, como a la espera del enfrentamiento con algo, algo susceptible de cambiar vidas. En realidad, creo que todos estábamos más o menos en la misma, incluso cuando no estuviéramos nosotros ni ellos sino cualquier gente que deba esperar ahí. En el Quirófano se inicia una nueva vida o se acaba la antigua.

No recuerdo cuánto tiempo había pasado (tampoco sé si estoy contando correctamente los hechos; se me están mezclando dos recuerdos: uno con mi tía y Nacho, y otro con Nacho solo, también en el Quirófano). Coloqué en el suelo una manta que había llevado en el bolso y nos sentamos Nacho y yo ahí. Me preguntó que "cómo estás", le dije que "bien". Me dijo que si bien mucho no habíamos hablado él tenía referencias revestidas de cierta exactitud respecto de mí y de mi hermana porque mi padre contaba en ocasiones sobre nosotros. Me preguntó cuál era mi problema. Titubeé al contestar.

Yo soy un chico completamente neurótico (jajaja me causa gracia, pero es así). Converso conmigo a muchos niveles, en forma simultánea, de manera desordenada y de modo súper pero súper descentrado. Quizás, en esta etapa el desafío más grande que jamás tuve es buscar y encontrar mi centro. Cuando me descentro (yo vivo descentrado) digo una cosa, digo otra, cambio de tema, mezclo los tantos, voy, vengo, corto y uno...Si estoy bañado por cierta precisión, cuando me preguntan directamente sobre cuál es mi problema (el problema de la vida, de toda mi vida, el meollo de la cuestión, la dificultad maestra, la piedra filosofal de todos los inconvenientes, el desafío psicológico primordial y supremo) puede que conteste también más o menos bien y con un buen relativo orden. Pero en la descentrada de mis asuntos, voy y vengo por aquí y por allá, tocando todos los tópicos y no abordando ninguno.

Le dije a Nacho que mi problema es la autoestima e, inmediatamente, me interrumpió preguntando "¿Pero es que tienes mucha?" a lo que yo contesté "Nahhh, poca, poca autoestima, baja estima propia". Necesitó la aclaración porque mencionó que mi padre es extremadamente autosuficiente: "tu viejo tiene mucho, mucho amor propio". Le dije que mi problema básicamente era el descubrimiento de una cruda realidad después de haber vivido en pos de una imagen que, por un problema que tuve, se me vino abajo, desfavoreciéndome: Yo soy un chico que se veía más o menos lindo que luego se empezó a ver totalmente feo. Esa cuestión impactante es aún un asunto no superado ni tratado ni abordado ni nada (bueno, soy medio injusto conmigo...sí, sí lo abordé aunque sin éxito relativo). Nunca estuve contento respecto de mis expresiones en esa charla sentados en el suelo pero me tranquilizaba escucharlo. Nacho observaba siempre dentro de ese huracán desordenado llamado Addax.

En el medio de la noche, en el medio de toda la incertidumbre, con gente dormida en los asientos y algunas improvisadas camas en el suelo, salió un médico de la sala de Quirófanos y nos llamó. La charla entre Nacho y yo obviamente se terminó ahí. "Nos enfrentamos a una operación de altísimo riesgo y tuvimos que hacer una cirujía mayor. A tu padre le extirpamos el intestino grueso entero, se estaba desangrando y no pudimos parar el sangrado. Todo estaba repleto de sangre............................................................................................Tu padre resistió la operación".

Respiré. Respiró. Respiramos. Todavía nos quedaban unos 45 minutos de alivio y faltaba el informe de dos médicos más. Ninguno de los dos sabíamos nada de lo que vendría después. Si la soledad es una elección, ese día ─y en todos los demás─ estuve acompañado. ¡Gracias Nacho!

Después sigo contado, un abrazo a todos y muchísimas gracias. Me acompañaron y yo los sentí a todos. NUNCA ME SENTÍ SOLO cuando entré por segundos a ver mi blog y leía sus comentarios NUNCA NUNCA, siempre me sentí acompañado. SE LOS AGRADEZCO EN EL ALMA. ¡Gracias!

Comentarios

Cosechadel66 ha dicho que…
No se muy bien que decirte, salvo que animo. De verdad.

Carpe Diem
Unknown ha dicho que…
Adax hace un rato en otro post tuyo te pregunté por tu padre y parece que ya queda contestado.
Mi niño tienes que ser fuerte y centrarte para que puedas apoyar y animar a tu papá.
Espero que nos sigas contando todos los días su evolución eu estoy segura de que será buena y positiva.
Un beso más fuerte que nunca, Adax, Ross
Juan Alberto Córdova ha dicho que…
Hola Addax, me llamo Alberto, soy de mexico; desde hace un tiempo que eh estado al tanto de la situacion que estas viviendo, y de vdd que en ocasiones, me eh sentido en tus zapatos, pero no es lo que te quiero compartir en este momento, ni tampoco hacerte un comercial, mas bien una posibilidad, no conosco del todo como se encuentre tu papa de su sistema digestivo, pero hace un tiempo yo y mi mama le dimos unos productos a la mama de una amiga que tenia cancer y se le complico el caso con una paralisis cerebral, su familia nos busco, antes de eso debo decirte que nosotros consumimos los prodcutos de omnilife, por eso nos buscaron, y bueno, la señora leti, quien tenia eso estaba en un hospital de prestigio aqui en mexico, y bueno ella quedo desauciada, por que no veian cambio alguno a la semana de complikrsele el caso (la paralisis y el cancer) estaba conectada por respirador, y la alimentaban por sueros y sondas, se encontraba en estado vegetativo, y bueno cuando la familia de ella, nos digieron eso, pues solo recurrimos por darle el producto en el nombre de Dios en prudentes cantidades, eso empezamos a darselos un martes por la tarde,por medio de la sonda como son liquidos.

Al tercer dia que la ibamos a ver se nos hizo tarde a mi madre y a mi asi que decidimos ir a la casa de su familia, y bueno de vdd te lo digo asi, personalmente, me sorprendi mucho que al preguntar por ella a una de sus hermanas, nos conto que la habian dado de alta, y que ya abria sus ojos, cosa que no hizo en la semana en la que permanecio internada; como te digo bro, no se en que situacion se encuentre tu papa, ni tampoco es por jugar por las emociones de un ser humano con carne y alma, pero si le ayudo a la señora Leticia, de quien te platique. Aun sigue en tratamiento con el doc, y con sus productos, pero su mejoria es realmente notable, cosa que a mi me tiene perplejo.

Puede que a tu papa le ayude tambien, es una alternativa mas carnal, se que no le haran daño, te dejo la pagina de omnilife argentina: http://www.omnilife.com/index.php?region=arg&idioma=ES

Si en algo mas te puedo apoyar bro, puedes contar conmigo, aqui tienes una mano amiga. un abrazo y mil bendiciones desde mexico, animo!!!
rudy spillman ha dicho que…
Aquí estoy, Addax, con Nacho, con tu padre, con vos. Escuchando tu relato... no leyéndolo.
Que pasen las horas y que la recuperación de tu papá, aunque lenta, sea segura y completa.
Vuelvo, amigo. Mientras tanto, un abrazo de pura compañía.

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