Mafalda, la palomita de la Paz y todo el maldito mundo
En el re lindo blog de mi cordobeza amiga, Vicky, responsable de "La Pelusa en tu Nariz", en esta entrada, publica una imagen del genial Quino en la que se observa a Mafaldita conversando con una casual paloma. ¡Me gustó un montón! Y por eso la publico acá.
A ver, el mundo ya se fue al carajo hace rato ¿no? En Argentina estamos en época de elecciones legislativas (se eligen senadores y diputados nacionales) y las campañas políticas ─y demás generalidades cuasi-políticas─ hacen observar que acá está el granito de arena negativo para un mundo totalmente injusto.
Mi pregunta para mí mismo es ¿cómo adoptar una postura pacífica en frente de un mundo hostil? Y cuando digo "mundo" me estoy refiriendo al entorno circundante personal. Ya escribiré en algún momento sobre esto pero es que yo no estoy preparado para la paz, ya sea de un modo u otro. Y ojo, tampoco lo estoy para la guerra. Pero le bajemos unos siete escalones al concepto Guerra y por ahí andaré yo. Al menos, eso creo hoy, me es difícil ser balanza y pesaje al mismo tiempo.
Yo todavía tengo capacidad de indignación y asombro, sumado a esto que soy un tipo sensible, me hace no bancar de manera pasiva (aunque ahora adopto esa postura) las innumerables injusticias que observo al lado mío. ¡Y quiero reaccionar con tremenda vehemencia y enérgica firmeza!
El asunto es claro, para que estemos así han tenido que pasar un montón de cosas antes. Es decir, para todo acontecimiento actual ha habido un precedente. Y si poco a poco nos fuimos a la mierda, también adhiero a pensar que poco a poco nos podemos dirigir hacia un lugar virtuoso. En la macrovisión: poco a poco; no obstante, en el día a día: al corrupto que vi el otro día, responsable activo de los Chads locales (ver imagen última de esta entrada de mi amigo Juanjo, para un ejemplo), me dan ganas de meterle una piña en el medio de la cara (golpe con el puño cerrado).
En mi mundo hostil la suavidad es una cosa que no permite sobrevivir, acá en Tucumán te comen vivo*. Cosas como la amabilidad, verdaderamente, no existen. Existe lo opuesto, y ante ese asunto yo tengo venas que disparan la sangre por mis adentros, huracanadamente (jajaaja que pseudopoético =P ).
En la búsqueda de mi verdadero yo, me ando topando con cosas mías que no quise ver. Supongo que mis siete escalones por debajo del concepto guerra, sumado a mis ideales de paz y concordia, harán una mezcla a favor del mundo. Ya veremos qué sale de mi ajuste creativo.
Por lo pronto, yo soy de los que quieren palomas más blancas, cielos más azules y pastos más verdes, como la Mafalda de la historieta. Y cuando me sumen varios días sin ganas de ver aquello, ya sabré, con seguridad, que estoy perdido...
¡Un saludo! :@
___________A ver, el mundo ya se fue al carajo hace rato ¿no? En Argentina estamos en época de elecciones legislativas (se eligen senadores y diputados nacionales) y las campañas políticas ─y demás generalidades cuasi-políticas─ hacen observar que acá está el granito de arena negativo para un mundo totalmente injusto.
Mi pregunta para mí mismo es ¿cómo adoptar una postura pacífica en frente de un mundo hostil? Y cuando digo "mundo" me estoy refiriendo al entorno circundante personal. Ya escribiré en algún momento sobre esto pero es que yo no estoy preparado para la paz, ya sea de un modo u otro. Y ojo, tampoco lo estoy para la guerra. Pero le bajemos unos siete escalones al concepto Guerra y por ahí andaré yo. Al menos, eso creo hoy, me es difícil ser balanza y pesaje al mismo tiempo.
Yo todavía tengo capacidad de indignación y asombro, sumado a esto que soy un tipo sensible, me hace no bancar de manera pasiva (aunque ahora adopto esa postura) las innumerables injusticias que observo al lado mío. ¡Y quiero reaccionar con tremenda vehemencia y enérgica firmeza!
El asunto es claro, para que estemos así han tenido que pasar un montón de cosas antes. Es decir, para todo acontecimiento actual ha habido un precedente. Y si poco a poco nos fuimos a la mierda, también adhiero a pensar que poco a poco nos podemos dirigir hacia un lugar virtuoso. En la macrovisión: poco a poco; no obstante, en el día a día: al corrupto que vi el otro día, responsable activo de los Chads locales (ver imagen última de esta entrada de mi amigo Juanjo, para un ejemplo), me dan ganas de meterle una piña en el medio de la cara (golpe con el puño cerrado).
En mi mundo hostil la suavidad es una cosa que no permite sobrevivir, acá en Tucumán te comen vivo*. Cosas como la amabilidad, verdaderamente, no existen. Existe lo opuesto, y ante ese asunto yo tengo venas que disparan la sangre por mis adentros, huracanadamente (jajaaja que pseudopoético =P ).
En la búsqueda de mi verdadero yo, me ando topando con cosas mías que no quise ver. Supongo que mis siete escalones por debajo del concepto guerra, sumado a mis ideales de paz y concordia, harán una mezcla a favor del mundo. Ya veremos qué sale de mi ajuste creativo.
Por lo pronto, yo soy de los que quieren palomas más blancas, cielos más azules y pastos más verdes, como la Mafalda de la historieta. Y cuando me sumen varios días sin ganas de ver aquello, ya sabré, con seguridad, que estoy perdido...
¡Un saludo! :@
* Soy absolutamente subjetivo.
Comentarios
Tu comentario me quedó como anillo al dedo!!! :P
Te mando un cariñoso beso medio dormido porque me dormí toda la siesta y hace 5 min. que recién me levanté!! :D
Como siempre, una vez me dejas sin palabras..
Mil besos y respetos =)!! te kiero muchisimo!! te extrañoooo