El Jesús histórico



Hace mucho que me dejó de importar si Jesús era divino, dios o sobrenatural. En realidad —y casi de un modo oculto—, siempre he tenido interés por el mensaje y no en el mensajero. Hace tiempo me enteré también que, sin saberlo, adoptaba el Ecumenismo y algunos preceptos de la Teosofía.

El Jesús histórico era un señor inteligente y, por sobre todas las cosas, un tipo político.

La política es la articulación de unas ideas para llevarlas a la práctica con el fin del bien común. En ese sentido, cada uno de nosotros hace política cuando limpia la mesa que ha utilizado para comer, o cuando tan sólo lava un plato.

Un ser humano es ya un ser cultural, y ser cultural es ya también ser político.


El otro día me tocó ayudar a un señor que no veía a cruzar la calle. Detrás de él, al otro lado y en frente mío, había un montón de gente que no se percataba de su ceguera porque a sus espaldas no observan ni sus anteojos ni su bastón. Yo lo tenía de frente. Cuando el semáforo se puso verde yo crucé rápidamente hacia su encuentro, le toqué el hombre izquierdo y le dije "Yo lo ayudo". Ahí yo fui político porque eso es, simplemente, hacer política: realizar un buen común.


Para realizar un bien que beneficie a un conjunto de personas (o a una sola) no se necesita ningún cargo en las reparticiones del Estado o en puestos de administración.

Yo creo también que un ser humano hace política cuando obra a favor del mundo animal. Uno es político cuando da la posibilidad de vida a un insecto. Ahora mismo me recuerdo a don José de San Martín en sus Máximas para su hija, Merceditas1:
Humanizar el carácter y hacerlo sensible aun con los insectos que nos perjudican. Stern ha dicho a una mosca abriéndole la ventana para que saliese: «Anda, pobre animal, el mundo es demasiado grande para nosotros dos...».
Seguramente, en estos días, muchos habrán recordado a Jesús desde su óptica personal. Algunos le habrán llamado Dios, y otros, humano. Y, como dije antes, da igual. Ahora mismo es sobre un tipo de Jesús el que quiero comentar ahora.

El Buen Samaritano
 
Samaritano en el Monte Gerizim durante la celebración del Pésaj en 2006. Descripción, Wikipedia.


¿Recuerdan la parábola del buen Samaritano? Esta decía, básicamente, que un hombre Judío que iba viajando fue asaltado, lastimado y dejado moribundo en el desierto. En un momento dado, pasó indiferente, cerca de él, un Sacerdote. Al cabo de un tiempo, pasó un Levita que también logró ignorarlo. Sin embargo, cuando pasó un Samaritano, éste le ayudó, asistiéndole debidamente en el lugar para luego llevarlo hacia una posada en donde se restituiría completamente. Allí, a su dueño, le dio dinero para que cubriese los gastos.


Siempre había escuchado sobre esta historia que el mensaje era ser buenos con el prójimo, pero nunca me había enterado de la situación en que vivían Judíos y Samaritanos respecto de sus creencias religiosas en esa época (¿también actualmente?). Los Samaritanos eran considerados como heréticos por los sectores más ortodoxos de la religión hebrea. 2 Y Jesús había puesto en la escena de su parábola justamente a un Judío (el malherido) y a un Samaritano (el solidario). Había una concepción política más allá de la cuestión moral. Su mensaje decía que había que dar una mano más allá de las diferencias. ¡Nada más revolucionario! Y puso como actores nada más y nada menos que a dos acérrimos rivales.


En este momento, el único ejemplo que recuerdo acerca de una política de este tipo en la actualidad, es la de Daniel Baremboin, músico argentino de familia judía que fue el primero en tener la nacionalidad judía y palestina al mismo tiempo.3 4


Así es que Jesús hablaba del bien común. Y, claro, hablaba de política. Eso es atemporal y areligioso. No es ni de derecha ni de izquierda, no tiene género ni ideología. Ese arte, llamado política, que cuando se hace bien surge de los sectores más sublimes del corazón humano.


Así que por eso digo que el mensaje es más importante que el mensajero y que, como bien ya se mencionó "por nuestros mismos actos nos haremos conocer". De nada sirven las ideologías si con una o con varias de ellas, realmente, no se hace una obra de bien, un acto minúsculo y revolucionario, como el de Jesús. No importa si Ella era virgen o no, ni si Él era Dios o sólo humano. Lo que importa es que se puede hacer el bien, más allá de todo.


¡Saludos!

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Referencias.

Imágenes.

Comentarios

Roal ha dicho que…
¡Hola Addax! Me gustó esta entrada. Una manera muy emblemática de hacer ver el mensaje de este personaje tan valioso, Jesús.

Chau, cuídate... :-)
Nike ha dicho que…
¡Gracias Roalsita divina!
Armate un blog ¬¬ ...
Roal ha dicho que…
¡Hola Addax! De nada... Me gustaría armarlo, pero siento que no tengo el tiempo suficiente para atenderlo, bueeee, puede que sip, puede que nop... Ya veremos. ;-)
Nike ha dicho que…
Roal: Casi todas las veces, si quieres, puedes. ¡Hacé un blog, caramba!

Anders Branderud:
¡Hola, bienvenido!
La verdad, una excelente exposición de alto nivel, muchas gracias por pasarte y comentar.

Con Jesús histórico quise evitar la discusión de si fue o no divino. Me centro en lo humano. Y, específicamente, es unos documentales que pasaron en Discovery Channel.

Ahora, bien, Anders, ¿Usted podría hablarme de esta entrada sin decir lo que dicen otros, sino, diciéndome lo que dice Ud.?
Mi filosofía de arena y barro dice que decir lo que dicen otros no es conocimiento, pues, considera conocimiento al descubrimiento propio. ¿En esta entrada sólo descubrió mi dependencia por fuentes helenistas?

La verdad, Jesús no existe para mí. Aquí y ahora, tal vez, sea un vago símbolo que yo elijo deliberadamente a veces poner en mi mente. Y esa elección es inexistencia. Aquí y ahora, me pregunto, ¿cómo trataré al prójimo después de su alocución? ¿Ciertas discusiones son tan significativas que hacen un aporte sobre qué hacer con la miga de pan al borde de la mesada de la cocina?

¡Un cordial saludo!

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