Interrogantes personales
He experimentado dolor psicológico en esta semana y sin embargo no sé qué es el dolor. Lo mismo con el sufrimiento, no sé qué es el sufrimiento aunque crea que lo esté experimentando. ¿Debo, pues, intentar encontrar expresiones que relaten mis experiencias de dolor psicológico -y de sufrimiento- o sólo quedarme con esta desolada falta de palabras/pensamientos al respecto?
Mi intelectualidad no ha podido abordar el sufrimiento en pleno padecimiento y creo que las experiencias sobre ello tampoco me ha dado mayor conocimiento. ¿Acaso la experiencia no es la que da el conocimiento? ¿O acaso tengo el conocimiento pero está en un modo en que no me doy cuenta que lo tengo y en una forma que no es utilizable en estos momentos?
Sólo no pensar y escribir me ha permitido tranquilidad en esta decisiva semana. ¿Puede que todo el trabajo de mi intelecto me lleve a no utilizar el intelecto? ¿Cómo son los desafíos cuando éstos me reservan la sensación de que son insuperables?
He pedido ayuda al Dios, al Universo y a la suerte en su debido momento pero la única cosa que ha sabido escuchar (que no responder) he sido yo mismo. ¿Acaso me estoy preparando para otro click revolucionario o es sólo una nueva mentira en un nivel que todavía no es sido capaz de imaginar?
¿Existe la conciencia en los momentos de incertidumbre? ¿Cómo puedo con ignorancia abordar un caso desconocido?
Esta semana he estado hartísimo de encontrarme analizándome, una y otra vez. En todo momento, casi a toda hora. Cuando reviso mi historia reciente (la de hace algunas semanas y meses) hallo que con mis análisis de mí mismo llegué a una comprensión que no me ha otorgado poder para conmigo mismo (en el sentido del poder actuar) y, que este mismo comportamiento analítico, no me ha llevado tampoco a ningún nuevo estadío. Es decir, no fue revolución ni cambio ni nada trascendente. Hartísimo de analizarme una y otra vez y no llegar a nada trascendental y único. Con mi lóbulo frontal parece que repito la tendencia de mis redes neuronales más arraigadas.
No quisiera tener que analizarme más, porque yo me analizo para lograr resolver algo y de ahí pasar a otra cosa. Estrictamente, cuando me analizo lo hago para lograr pasarla bien al rato (no en el momento, porque justito en ese momento estoy no-bien), cuando me analizo lo hago para ser feliz. Ningún análisis pasado me ha llevado a tales destinos. ¿Por qué he de analizarme hoy?
Unos días durísimos que comenzaron el miércoles pasado. Durísimos. Estoy más o menos fuerte porque he intentado ante lo mismo (aunque se agrave) no dar la respuesta acostumbrada: no me he caído del todo anímicamente. En mi escala personal, en mi regla de medir (con lo que quise-quiero tener cierta organización) pude estar en -7 (menos siete), lo cual hubiese sido un relativo avance, pero estando en -9 bajé a -8 (que es el número en el que he estado casi todo el año pasado). Es decir, que después de desmejorar he quedado en lo mismo de siempre. ¿Como puedo siquiera darme ánimos con estos datos? Me acuerdo lo que me dijo el oftalmólogo: como se encuentra tu ojo -sumamente débil- que no empeore es una buena noticia -una mejora-. Dentro del nivel en el que me encuentro no empeorar es una mejora. No quiero seguir más así.
¿Qué es lo que tengo o debiera hacer o -no hacer- para que este mismísimo instante sea un acto de libertad? ¿Podré sacar el espíritu claro y libre de Don Juan alguna vez? Mis pensamientos acerca de que se me está pasando el tren me provocan tristeza e impotencia. ¿Es adecuado que mida mis tiempos como lo hace la cultura occidental? ¿Seré ya viejo y no podré hacer lo que hacen los jóvenes en el momento que ya estén resueltos convenientemente mis asuntos?
¡Cómo me gustará que con un texto me cambie la vida, para siempre!
¡Saludos! :|
Comentarios
Tengo 20 años, y así y todo, muchísimas veces me pregunto lo mismo.
greta