La costumbre de putear
Hoy salí a hacer unas cosas en el centro de Tucumán y, entre ellas, a retirar el resultado del electroencefalograma que me hice hace dos semanas.
Me vinieron a buscar en auto y yo, más o menos, quince minutos antes ya estaba listo. Sin embargo, a sólo cinco de que vinieran a buscarme me acordé que, para retirar el ansiando estudio, debía presentar un papelito que me dieron en aquél día.
Me dirigí tranquilamente al bolso que utilizo para buscar en uno de sus bolsillos el inocente papelito. No estaba. Entonces, me dije "buscaré en el otro bolsillito" y...¡tampoco estaba! Me enfadé.
El ser humano que me trajo al mundo -mi madre- estaba en la puerta ya esperándome a salir. Y yo iba y venía puteando -y puteándome- por no encontrar el papel ese:
- ¡Cómo puedo ser tan pelotudo de perderlo! ¡Encima no tengo la menor idea de dónde debe estar, la p.... madre! ¡Qué boludo, por dios, que soy, siempre perdiendo algo!
Mientras yo me decía esto ─debo reconocer, estaba sólo moderadamente caliente/enojado─ mi queridísima madre esta ya pre-ocupada ofreciéndome posibilidades que me lleven a acordarme de dónde podía estar.
─ ¡La p... madre, qué carajo hice con el papel ese!
─ Fijate si está en algún pantalón que usaste ayer o antes de ayer ─señaló mi madrecilla, revolviendo unas hojas desparramadas en una mesa.
─ ¡Naaaah, ya fue, seguramente lo voy a encontrar dentro de dos meses cuando me importe una mier... el papelito!
Tomé mis llaves, mi celular, los auriculares y me dirigí visiblemente molesto hacia la puerta de salida.- ¡Cómo puedo ser tan pelotudo de perderlo! ¡Encima no tengo la menor idea de dónde debe estar, la p.... madre! ¡Qué boludo, por dios, que soy, siempre perdiendo algo!
Mientras yo me decía esto ─debo reconocer, estaba sólo moderadamente caliente/enojado─ mi queridísima madre esta ya pre-ocupada ofreciéndome posibilidades que me lleven a acordarme de dónde podía estar.
─ ¡La p... madre, qué carajo hice con el papel ese!
─ Fijate si está en algún pantalón que usaste ayer o antes de ayer ─señaló mi madrecilla, revolviendo unas hojas desparramadas en una mesa.
─ ¡Naaaah, ya fue, seguramente lo voy a encontrar dentro de dos meses cuando me importe una mier... el papelito!
Quise ponerle llave a la puerta, ya fuera de la casa, y mi madre me percató con un ademán de que ya la había puesto ella. Caminamos unos metros y le hablé de lo siguiente:
─ ¿Sabes? Estoy re caliente por no encontrar el papelito este, pero yo ahora voy a aplicar el concepto de auto-respeto del que te hablé, como componente del autoestima, el otro día─. Mi madre se hallaba a mi derecha y me miraba a los ojos, yo soy un poquitín más alto que ella por lo que tiene que elevar un poco su cabeza para hacerlo. Proseguí:
─ Vos te tienes que enojar y putear lo suficiente como para descargar la bronca. El enojo no es ni positivo ni negativo, es enojo y nada más... ¿Viste cómo me puteé? ─pregunté.
─ Si ví -respondió, mirándome, mirando adelante y después al piso con relativa rapidez.
─ Bueno, la puteada termina ahora. Ya está. ¿Te acuerdas que te dije que la aceptación de uno mismo viene y está ligada a cuán buenos somos con nosotros mismos?
─ Y sí..., así es...
─ Bueno, yo me tengo respeto. Estrictamente hablando, auto-respeto. Y ahora hago el ejercicio consciente de ello. Tener auto-respeto es encontrar un puente de cordialidad entre el asunto que enoja y el trato hacia uno mismo.
Un auto, después de doblar la esquina de casa, tocó bocina. Era el auto que me venía a buscar.─ ¿Sabes? Estoy re caliente por no encontrar el papelito este, pero yo ahora voy a aplicar el concepto de auto-respeto del que te hablé, como componente del autoestima, el otro día─. Mi madre se hallaba a mi derecha y me miraba a los ojos, yo soy un poquitín más alto que ella por lo que tiene que elevar un poco su cabeza para hacerlo. Proseguí:
─ Vos te tienes que enojar y putear lo suficiente como para descargar la bronca. El enojo no es ni positivo ni negativo, es enojo y nada más... ¿Viste cómo me puteé? ─pregunté.
─ Si ví -respondió, mirándome, mirando adelante y después al piso con relativa rapidez.
─ Bueno, la puteada termina ahora. Ya está. ¿Te acuerdas que te dije que la aceptación de uno mismo viene y está ligada a cuán buenos somos con nosotros mismos?
─ Y sí..., así es...
─ Bueno, yo me tengo respeto. Estrictamente hablando, auto-respeto. Y ahora hago el ejercicio consciente de ello. Tener auto-respeto es encontrar un puente de cordialidad entre el asunto que enoja y el trato hacia uno mismo.
Subimos y, luego de realizar mis parajes pertinentes, me fui SIN PAPELITO a retirar los resultados del análisis del bendito electroencefalograma (¡qué palabrita!). Me di cuenta que me había puteado ─tá bien, fue para descargarme─ por pura costumbre de hacerlo y sin fundamentos. Al fin y al cabo, yo estaba enojado por mi descuido y, que por él, no iba a poder retirar el dichoso análisis. ¡Qué absolutamente familiar que me es esta situación en el ambiente en el que me tocó vivir! Las puteadas por las dudas y por costumbre que ni en el comienzo ni en el final nunca tuvieron razón de ser...
Creo que repetí por última vez el rol frecuente de modelo familiar que he ido adquiriendo inconscientemente...".
En una entrada ─que publicaré dentro de un rato- contaré si estoy más loco que media docena de vacas o si estoy más cuerdo que un conglomerado de Éinsteines al ya obtener entre mis manos los papeles del estudio neurológico (=P) .
Jajaaj ¡Saludos! =)
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Imagen: Chica-Respeto
Imagen: Chica-Respeto
http://www.ijj.gob.mx/ijj/index.php?o=3&so=0&idNews=132
Comentarios
Muy interesante el articulo, por que no haces otro al estilo SMS con las palabras que se usan alli.
Salu2.
Mi MADRE es mi PATRIA y mi NOVIA es mi BANDERA.
Comentame mejor eso de 'hacer otro post al estilo SMS' que no comprendí.
Un saludo =) .
Ivy: Ignoro qué no entendiste. Quizás quieres ingresar a este post y a este otro.
Se agradece la visita :) .
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recién hoy pude leerlo, pero nuevamente otros posts me aparecen de esta manera
no sé qué le hacés a la plantilla de tu blog, o si será un problema de mi pc
besos
Yo me pongo bien rabioso porque es un punto que todavía no resuelvo que me sucede cada tanto.
Igual, poquitas veces, poquísimas, mis enojos son explosivos -y este fue uno bien moderado-. Me gustaría tener una bolsa a mano, como esas de boxeo, para pegarle duro cuando esté enojadillo :D .
Gracias por pasar, saludos.
Ivy: ¡Hola, princesa! Ayer esta entrada me dio dos errores raros cuando quise insertar un enlace. Había leído desde el Escritorio de Blogger, que para ayer u hoy estaba programado una parada. Quizás haya sido eso.
Jajaja vos siempre me hacés estas observaciones que te agradezco un montón, Ivy.
Te mando un saludo/baile del koala.
Un Alumno Diferente: Amigazo, aprovecho para contarte desde acá, si por ahí leés esta entrada de nuevo, que recibí tu correo. Mañana igual te voy a responder como Déus manda.
¡Abrazo de gol a dos minutos del final! =D