La descontrolada trampa del destino | Una charla con mi terapeuta
En el blog de Érika, IDeaS FiJAs, leo una entrada con la que me motivé a escribir este post. Aquella entrada tiene por título 'Encuentro inesperado'.
Érika comenta sobre un hecho sorpresivo "tan esperado en secreto, que sólo duró lo suficiente; logró que nos ahogáramos en un mar de preguntas sin respuestas..."; y menciona también algo sobre el destino que me impactó por la familiaridad que yo encuentro en relación a algunos asuntos mi vida: "Como años atrás había sucedido; otra vez el destino nos volvió a separar; y ahora cada uno esta caminando sin rumbo, recordando ese reencuentro y pensando que hubiera pasado si …las cosas hubieran sido distintas...".
La siguiente historia es una bien verídica.
Haciendo terapia, mi terapeuta, me iba señalando unos asuntos (a veces interrumpiéndome, a veces dejándome decirlo hasta el final) a la par que yo decía cosas como lo siguiente:
─Al parecer la vida me fue llevando hacia un sólo lugar─ dije yo, mirando el suelo fijamente. No pensaba levantar la cabeza al estar hablando de Mis asuntos.
Sara, me miró y me dijo:
─Tratá de decir lo mismo pero de una forma en la que vos te hagás responsable de lo que te sucedió.
─Stá bien ─repliqué, como un inmaduro y medio protestón, entendiendo lo que ella me decía como a un desafío─.
─Los genes o algo químico dentro mío me llevaron hacia el lugar en el que estoy ahora ─atiné a expresar pensando que ya lo decía correctamente.
─¡No! ─replicó, frunciendo el ceño─ Volviste a decirlo todo desde la posición de algo externo, ¡decilo desde vos! ─me señaló ya algo intensa en sus expresiones. Ella ya había observado todo lo que yo aún no me daba cuenta.
Sara, me miró y me dijo:
─Tratá de decir lo mismo pero de una forma en la que vos te hagás responsable de lo que te sucedió.
─Stá bien ─repliqué, como un inmaduro y medio protestón, entendiendo lo que ella me decía como a un desafío─.
─Los genes o algo químico dentro mío me llevaron hacia el lugar en el que estoy ahora ─atiné a expresar pensando que ya lo decía correctamente.
─¡No! ─replicó, frunciendo el ceño─ Volviste a decirlo todo desde la posición de algo externo, ¡decilo desde vos! ─me señaló ya algo intensa en sus expresiones. Ella ya había observado todo lo que yo aún no me daba cuenta.
Desvarié unos minutos para luego retomar inconscientemente el mismo tema:
─Yo creo que mucho tiene que ver la suerte en todo esto. Simplemente, no he tenido suerte ─dije.
Ella me volvió a remarcar que, nuevamente, yo respondía a sus interrogaciones de un modo irresponsable, es decir, otorgando el poder de decisión a las cosas que me fueran externas y no a mí mismo. Responsabilidad es, recordaba, capacidad para responder.
Ella me volvió a remarcar que, nuevamente, yo respondía a sus interrogaciones de un modo irresponsable, es decir, otorgando el poder de decisión a las cosas que me fueran externas y no a mí mismo. Responsabilidad es, recordaba, capacidad para responder.
Así estuve por aproximadamente 15 ó 20 minutos.
Yo había comenzado por decir que la vida me llevó a tal cierto punto y, ante otra observación del tipo '¡No, así no!' de ella, seguí, luego, con que mi propia química fue quien lo hizo. Continué diciendo que, al no ser ni la vida ─como un ente general─ ni la química ─como algo absolutamente adentro de uno─, entonces lo preciso sería decir que fue la suerte ─una mezcla de vida y química─ la tormentosa fuerza de los acontecimientos que me fueron pasando. La constante de lo que yo decía estaba siempre signada en que todo lo de afuera tenía el control sobre mis propios asuntos. Y yo no me daba cuenta, ni de lo que decía ni de lo que vivía...
Como si esto fuera poco, retomé mi temática existencial diciéndole a mi terapeuta que me parecía que ahora era mi propia familia la que conspiró para que yo esté como en ese momento me encontraba. Pero volví a caer en la misma trampa.
Proseguí diciendo que si no era mi familia, era la adicción hacia cierto tipo de emociones y que un despliegue enemigo de neuro-transmisores, junto a un asunto del lóbulo temporal del cerebro, me llevaban a cometer los mismos errores.
Y claro, otra vez yo otorgando mi poder de hacer cualquier cosa a algo externo a mi propio flujo de decisiones. Yo me engañaba que mientras más adentro me iba de mí mismo, más correcto era lo que yo expresaba al estar en consonancia con el principal dictado de Sara: '¡Decilo desde vos, no desde afuera, sino desde vos!'
Sin dudas yo no tenía suerte, y ella lo vió también. Pero Sara me dijo que ante ese panorama yo tenía dos posibilidades: o me dejaba caer por la invariable fuerza de la suerte (la mala suerte) o me levantaba una y otra vez sólo para vencerla. Era o caer o seguir.
─Luciano ─me dijo mirando fijamente a mis desconsolados ojos─ tienes que elegir ¡ya!
─Luciano ─me dijo mirando fijamente a mis desconsolados ojos─ tienes que elegir ¡ya!
Recién al último de esa charla pude tener un awareness. Pensé que me iba a ir sin poder darme cuenta de por lo menos algo mínimo sobre mí. Pero tuve consciencia.
Me di cuenta que eso del destino no existe y que sólo existe si uno piensa en que él existe. Que eso que uno piensa, cuando no da a las cosas de uno el poder que verdaderamente tienen, y le pone de nombre de destino o de suerte o de 'fue la vida' o los genes, es una trampa, una mera trampa. Es una trampa. Una trampa bien elaborada como sólo la mente lo puede hacer y que se puede volver real de un momento para otro, sin la participación de uno, sin que uno accione como capitán bienmetido de ningún timonel. No existe el destino, sólo existen decisiones...y yo había elegido haciendo de la mierda un altar, o sea, para la mismísima mierda.
Mi awareness me permitió ver que yo situaba a las cosas externas como dignas de un poder debastador puestas en contra por un artilugio fuera de mi comprensión. Sara empujó en aquella sesión mi darme cuenta al respecto.
Mi awareness me permitió ver que yo situaba a las cosas externas como dignas de un poder debastador puestas en contra por un artilugio fuera de mi comprensión. Sara empujó en aquella sesión mi darme cuenta al respecto.
Claro, desde ese día ya no le eché la culpa al Dios, ni a la familia ni a nada ni nadie.
Todavía sigo perdonándome después de echarme esa culpa...pero sigo aprendiendo.
...γνῶθι σεαυτόν, Nosce te ipsum, temet nosce, Γνωθι Σεαυτόν, gnothi sauton, connais-toi toi-même, conosci te stesso, Erkenne dich selbst.
Un saludo.
Agrego con el permiso de Érica, lo que yo le expresé en el comentario de esa entrada: al final de él puse:
"...¿Vas a dejar, Erika, que un tipo que te corresponde en lo que sientes y con el que piensas has vivido algo digno de contar ─o con el que podrías, al menos─ se vaya por la puerta más grande...por culpa y responsabilidad del destino?
Yo soy un muchacho con intenciones de no hacerle mucho caso al ego y sus apegos, pero sin embargo, hay veces que tomo cosas valiosas sólo para no soltarlas nunca jamás...".
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Referencias:
http://blog.agirregabiria.net/2007/09/gnothi-sauton-concete-ti-mismo.html
http://ideasfijas87.blogspot.com/2009/03/encuentro-inesperado.html
http://baalitales.blogspot.com/2007/10/destino.html
http://ideasfijas87.blogspot.com/2009/03/encuentro-inesperado.html
http://baalitales.blogspot.com/2007/10/destino.html
Comentarios
La verdad que es una excusa el destino y tenes razon.. pero creo que todavia no es nuestro momento de ser valientes (ni el mio, ni el de el), mas adelante nos vamos a volver a cruzar y a retomar nuestra historia, este es tiempo de crecer solos y no juntos... mas adelante terminaremos de crecer juntos!
Si queres nombrarme no tengo problema..
Vuelvo a agradecerte.. y seguramente nos seguiremos escribiendo!
Besos
"No existe el destino, sólo existen decisiones..."
Esta, según mi opinión, es una verdad absoluta... Muchas gracias por compartir esta experiencia, creo que de alguna manera todos hemos vivido situaciones similares, donde no le damos a "las cosas de nosotros mismos" el poder que verdaderamente tienen. Somos nosotros quienes conducimos el volante de nuestras vidas, caminos y riesgos hay muchos, cientos de vías para seguir, cientos de decisiones que tomar...
Y con relación a lo que le dices a Erika (y disculpen si me meto XD), también comparto tu opinión, creo que no vale orgullo ni miedos cuando debemos correr y luchar por aquello que sentimos que vale la pena y que nos llena hasta la saciedad (y más si nos corresponden :-D)... Pero ya vi lo que ella piensa, seguro sabe porqué en este momento deben estar separados, entonces, ¡éxitos!
Saludos a ambos... :-)
y te vuelvo a repetir, Tenes razon, no existe el destino, existen desiciones! .. lo mio es una excusa..
Pero todavia no es el tiempo..
Un beso y seguiremos en contacto!