Tres hechos sutiles: el 1ro., Claridad
Hace un tiempo me sucedieron tres cosas que no elegí ni hice nada para que me sucedieran. No sé cómo catalogarlas como para expresar en esta entrada unos conceptos más claros. Si quisiera buscar en Google información no sabría por dónde empezar (aunque puede que haya alguna referencia por ahí).
En esta ocasión sólo contaré una de las tres experiencias.
En esta ocasión sólo contaré una de las tres experiencias.
(...Estuve largo rato pensando qué título poner a esta entrada...)
Tres hechos sutiles: el 1ro., Claridad.
Paso a contar.
Una noche cualquiera hace 12 ó 13 meses me disponía a dormir. Recuerdo ese día haber estado lleno de preocupaciones y angustia. Antes de ya adentrarme a la tarea de hacerlo yo había puesto la televisión (lo suelo hacer a menudo), verla un poco y luego dormirme con ella encendida (después se apaga sola). En esta ocasión hice lo mismo, con la diferencia de que, antes de dormirme, ya la había apagado.
Yo duermo en mi cama de dos formas: como lo hace todo el mundo, con la cabeza puesta en la almohada, en la parte, digamos, de adelante de la cama (en la cabecera); y con la cabeza puesta en el lugar en donde habitualmente van los pies, en la parte final de la cama. Esta vez, como muchas otras, me dispuse a dormir acomodándome en el sector del final de la cama.
Cerré los ojos. Estaba muy molesto por unos asuntos y también preocupado por otros. El hecho de pensar que no podría resolver mis problemas me ponía cada vez más angustioso. Estuve con esa acostumbrada sensación en el pecho casi todo el día y casi en todo momento esa noche...hasta que sucedió algo completamente extraño.
Primero fue algo que yo ya sé identificar. Es como que* me conecto con otro estado o algo por el estilo, es una sensación parecida a cuando uno es envuelto en sábanas y unas personas sin tocarlo lo presionan con ellas. Uno siente como una presión en todo el cuerpo y una especie de presión sostenida en la mente (¡un lío para describir eso!); decía, es como estar envuelto en sábanas en todo el cuerpo, similar a cuando una persona se despierta y quiere levantarse de la cama pero tiene uno de los pies envueltos con la sábana de tal forma que no puede salir sino sólo hasta que se desenrede de ella, esa presión suavecita en el pie, es muy parecida a la sensación que siento en todo el cuerpo cuando ingreso a eso. Así, más o menos, es ese estado. Pues bueno, ingresé en él. Esto es común para mí.
Generalmente sucede o que me duermo con aquella sensación para después ─durante la mañana siguiente─ sólo recordarla vagamente, o que tengo esa experiencia de salir del cuerpo o fenómenos aledaños. Pero esta vez pasó algo que nunca antes me había pasado.
Me sucedió que en sólo un segundo pude entender todo lo que me pasaba en ese momento, absolutamente todo, y, en el medio, las molestias y la angustia, cesaron por completo. Me puse muy contento, casi todo el día había estado con esa sensación de mierda en el pecho y de un momento para otro me sentía súper liviano precisamente en ese sector. Liviandad y comodidad.
Tuve como una especie de vacío en la mente y es como que yo podía saber la causante de cada pensamiento y sentimiento con extrema certeza (de hecho, siempre daba en el blanco esa noche, es decir, intuitivamente sabía la causante de cada pensamiento/sentimiento). Ese vacío era algo raro y muy reconfortante. Podía, literalmente, perseguir cada pensamiento desde su comienzo hasta su fin, desmembrarlo y saber qué me hacía sentir y, luego, cuando sentía algo, podía verme sentir aunque sin sentir realmente (lo sé, lo sé...¡un lío!).
¡No lo podía creer, lo estaba resolviendo todo en un segundo!
Me dormí. No se lo conté a nadie, sólo a un amigo. ¡¿Quién querría escuchar estas historias?!
Pero heme aquí, abierto al mundo.
Nunca más me pasó. Actualizo: me volvió a pasar, algo parecido, años después. Tengo que buscar en el blog para saber si lo escribí y poner acá el enlace.
Cosas de este tipo me sucedieron dos veces más que yo recuerde (en el sentido de un "hecho sutil"). En las próximas entradas las iré contando.
Repito: yo no busqué esto ni las otras experiencias, sucedieron sin que yo haya tenido ni la voluntad ni la decisión de que algo así sucediera. Sólo pasó y ahora deseo que vuelva a pasar. Me agradará saber cómo reproducir esta experiencia llamo de claridad.
Así que bueno, yo no lo veo como un mérito alguno. Me quedo con lo que decía Sócrates cuando deseaba averiguar si él era el más sabio de todos y se daba cuenta que los poetas, creyéndose los más sabios, en realidad, tampoco sabían nada realmente, puesto que todo lo que hacían era más producto de su inspiración que de un conocimiento trabajado y adquirido:
¡Un saludo cariñoso a todos! =)Así que bueno, yo no lo veo como un mérito alguno. Me quedo con lo que decía Sócrates cuando deseaba averiguar si él era el más sabio de todos y se daba cuenta que los poetas, creyéndose los más sabios, en realidad, tampoco sabían nada realmente, puesto que todo lo que hacían era más producto de su inspiración que de un conocimiento trabajado y adquirido:
(...) En efecto, tras los políticos me encaminé hacia los poetas, los de tragedias, los de ditirambos y los demás, en la idea de que allí me encontraría manifiestamente más ignorante que aquéllos.
Así pues, tomando los poemas suyos que me parecían mejor realizados, les iba preguntando qué querían decir, para, al mismo tiempo, aprender yo también algo de ellos. Pues bien, me resisto por vergüenza a deciros la verdad, atenienses. Sin embargo, hay que decirla. Por así decir, casi todos los presentes podían hablar mejor que ellos sobre los poemas que ellos habían compuesto.
Así pues, también respecto a los poetas me di cuenta, en poco tiempo, de que no hacían por sabiduría lo que hacían, sino por ciertas dotes naturales y en estado de inspiración como los adivinos y los que recitan los oráculos. En efecto, también éstos dicen muchas cosas hermosas, pero no saben nada de lo que dicen. Una inspiración semejante me pareció a mí que experimentaban también los poetas, y al mismo tiempo me di cuenta de que ellos, a causa de la poesía, creían también ser sabios respecto a las demás cosas sobre las que no lo eran. Así pues, me alejé también de allí creyendo que les superaba en lo mismo que a los políticos (...). (Platón, Apología de Sócrates, 8vo. párrafo)
* Es como que, no me agrada esta expresión para contar algo escribiendo. Pero no me sale otra ahora.
Agrego:
Segunda entrada que opté por llamar un hecho sutil.
Tercera entrada.
Comentarios
me pasaron cosas bizarras, pero no da para contarlas aquí, ja
besos
¡Qué bueno que hayas tenido la valentía de comentar esta entrada! Jajajaja
Che, si a uno le pasan cosas bizarras ¿se vuelve bizarro? :D
Te mando un tincazo xD